EN MI SOLEDAD

miércoles, 4 de noviembre de 2009

RECUERDOS


   Mi casa tiene lo que antes era una cuadra para cabras, allí tengo un banco y mis herramientas, de vez en cuando me distraigo allí metido y en ocasiones levanto la vista y veo colgados de una viga un par de muñecos, pero es uno de ellos el que me llama más la atención. Es ese muñeco arlequinado, viejo, sucio, polvoriento y a pesar de todo siempre con su impasible sonrisa, quizás porque lo que me recuerda es motivo de alegría y él parece saberlo bien, siempre me he resistido a deshacerme de ese viejo amigo.


   Ese pequeño payasote es el primer juguete que compré para mi primogénita, María, me recuerda el día que fui padre por primera vez. Fue al día siguiente de nacer cuando me dirigía al hospital a ver a mi mujer y a mi hija, me paré frente a un escaparate, lo vi y me dije “este será el primer juguete de mi niña”, y así lo hice, apenas abría los ojos y ya dormía con su primer regalito.



   Ya de mayor le gustan más las brujas que los payasos, pero eso es otra historia.


   Como es lógico después de este juguete ha tenido muchos otros, los padres siempre hemos querido lo mejor para nuestros hijos, y si hemos podido les hemos regalado la novedad que ese año se anunciaba, y además por partida doble ya que lo mismo se compraba para María como para su hermana África. Recuerdo especialmente un muñeco que se tragaba las galletas y unas cunas de madera que les hice y más tarde las regalamos no recuerdo a quien, pero sí recuerdo que tuve que hacer unas pocas de esas cunas para gente que las había visto y les gustaron, incluso hice alguna para su colegio. Lo que también he hecho mucho son los caballitos de madera.


   Estoy convencido que el primer caballito de madera que se hizo en Lucena fue el que le hice a mi María, al menos no tengo conocimiento de que nadie lo hubiese hecho antes, después si se han hecho y se han comercializado muchos. Se acercaba el día de Reyes, yo trabajaba en una carpintería en la carretera de Rute a unos dos o tres kilómetros de mi casa, estaba de vacaciones de Navidad, no recuerdo donde vi un caballito de madera pero con ruedas y me dije que tenía que hacerle uno de balancín a mi niña que entonces tenía apenas ocho meses.


   Durante varios días mi tarea era la de coger a mi niña en su cochecito y empujándole dirigirme al taller, dejarla un momento en la puerta mientras yo saltaba por la tapia y abría por dentro, con la compañía de la niña y utilizando los restos del taller fui confeccionando poco a poco el primer juguete que tendría mi hija hecho por su padre. Os puedo asegurar que a su corta edad se balanceaba como una autentica amazona.

   Como es lógico ese caballito ya está viejo y estropeado, ha perdido las crines y la cola que se las puse de cuerda blanca. Pero algún día lo restauraré y veré a mi nieto, o nieta, paseándose en él, pero para contar esa historia aun falta mucho tiempo. ¿o no?


Hasta la próxima queridos míos.

8 comentarios:

  1. Querido primísimo:
    me he colado en ese desván y te he contemplado mientras tu viajabas a la primera vez que tehizo ilusión regalarle algo a tu hija, he visto ese payaso ,tu nostalgia de aquella primera vez....he visto tu ilusión cuando hiciste con tus propias manos el primer caballito de madera, precioso balancín como hacían antes los padres, como hizo el abuelo de Heidi en su casa en la montaña. Hay algo mágico en hacer algo creado por ti para alguien de algún modo creado por ti y por Pili: tu hija. Se produce un flechazo el primer segundo en que la tienes en brazos, y una primera ensoñación cuando está en el vientre moviéndose...Es una especie de tontuna que sólo cuando se es padre o madre se puede entender pero ese sentimiento dura hasta la muerte.Otra cosa es que después.... a veces los queramos mandar a la China porque no los podemos soportar....je je je!!! pero cuidadito con ese sentimiento que resiste todos los embates de un mar en sunami ..
    Cuando tu caballito lo sueñas montado por tu nieto imaginario se te vuelve a ver la alegría en el corazón.
    Me parece que escribir desde tu corazón de las cosas sencillas como esos juguetes no siempre es fácil y tú nos lo has transmitido como si nos pasaras un video de ese desván y de tu corazónlos dos a la vez.
    Un petonet!

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  2. La primera vez siempre es algo especial: El primer beso, el primer baile, el primer coche, El primer trabajo, el primer juguete, el primer hijo, etc.
    La mayor satisfacción que sientes cuando haces algo con tus manos, para alguien que quieres, no es el cariño con lo que lo haces ni lo bien, o bonito, que te puede salir, sino el aprecio que hace esa persona de lo que has hecho.
    Cuando hice la cuna para mis niños, ellos lo apreciaron mucho aunque, lógicamente, no me lo dijeran, pero yo los veía durmiendo felices y satisfechos, guardando entre sus barrotes infinidad de dichosos y alegres sueños, y esa satisfacción es extraordinaria.
    Y hoy le doy un besote grandote a mis tres hijos.

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  3. Ya veo, Joselín, que eres un padrazo y muy emotivo con todo lo referente a tus hijos. En general, es así, los padres siempre hemos querido y queremos, lo mejor para nuestros hijos, a veces, sacrificándonos, pero eso es ser padre o madre. Yo también hice, sin ser modista, ropa para mis hijas y sus muñecos. Era bastante complicado porque la ropa de los muñecos la hacía a escondidas de ellas, para que creyeran que los Reyes habían hecho los mismos vestidos y abrigos, que ellas llevaban. También vestí cunas y cochecitos de muñecos, y la alegría y sorpresa que les daba era enorme. Eso, creo que me alimentaba más que la comida.
    Pero una de las cosas mejores que tuvieron hecha por su padre, sin ser carpintero, fue una cocinita, grande, con cuatro puertas correderas arriba y otras tantas abajo. Les puso agua corriente con dos depósitos, uno arriba, que lo llenaban de agua, y otro abajo, que era para el desagüe.Hizo el grifo, el fregadero con su tapón, todo de acero inoxidable.Era una monada y las vecinitas siempre querían venir a casa a jugar con la cocinita. Duró intacta muchísimos años, y después la dimos a gente que no tenía nada, pero sentí el haberla dado y no guardarla de recuerdo. Hoy no lo haría. Era un recuerdo muy bonito de su padre.
    Yo pienso, que si tú hubieses nacido muchos años antes que yo,podrías haberme hecho mi caballo, que cada año le pedía a los Reyes Magos, y me lo traían, pero se rompía pronto por lo que lo montaba y porque lo dejaba en el patio y se mojaba y como era de cartón......
    Un besazo de tu tía Chica

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  4. Me gusta que compartas aquí tus recuerdos, ¿a que te has sentido bien mientras lo hacías? ¿Verdad? A pesar de haber regalado esa cocinita tan entrañable. Piensa en la alegría de esas niñas que jugaron con ella y…que quizás alguna aun lo haga. Es como compartir tu corazón con los demás.
    Qué pena que yo no tenga un taller, que si no ya tendrías tu caballito, seguro.
    Un besazo.

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  5. Ohh papi sin duda esta es la entrada que más me gusta. De verdad está el caballito allí???
    No sabía que el arlequín fuera el primer juguete de María, pero si recuerdo mi muñeco de galletas que era casi tan alto como yo, o la cuna que me recogió una vez que me caí de la cama, y las sabadas bordadas que le hizo mamá. La mía tenía dos patitos, en azul.
    En fin ya no puedes regañarme por no escribir ni leer tus entradas ehh???
    De verdad que este casi me hace llorar, y eso que toy en el trabajo. BESOTES (^_^)

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  6. Fri de verdad aun existe el caballito, esperando que algún niño lo reclame y me vea en la obligación de restaurarlo. Y tampoco me importaría volver a hacer una cunita para algún muñeco. Pero tu madre si tenía merito ya que sin ser costurera, incluso sin gustarle la costura, hizo un meritorio esfuerzo y confeccionó la ropa de las cunas.
    En fin que yo no te regaño por no entrar en el blog, yo simplemente soy muy insistente porque tenía la ilusión de que participarais compartiéndolo conmigo.
    Gracias por tu comentario, no pretendía hacerte llorar, te quiero mucho y también te doy muchos BESOTES.

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  7. Querido Yomismo:
    Cando vaya a Lucena lo primero que quiero ver ¿¿¿sabes que es???:
    ese caballito y.... restaurado!!!!
    Mil petonets!!

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  8. Hola Papá!!!
    He tartado pero al fin estoy aqui, en tu blog o mejor dicho en nuestro blog, ya que se que tu quieres compartirlo con todos nosotros. Me ha encantado esta entrada. He descubierto cosas que no sabia, como lo de mi primer muñeco. Lo que si recuerdo es mi caballito, nunca me olvidé de él. Recurdo como me balanceaba y como intentaba muchas vecer peinarle esa cola blanca de cuerda que se le enredó con el tiempo. También hay por ahí una foto que me encanta, en ella estoy subida al caballo y tu conmigo sugetándome.La verdad que siempre he pensado que he tenido mucha suerte de tener el padre que tengo porque despues de ese caballito vinieron muchas cosas mas, y no solo me refiero a cosas materiales. Gracias por ser como eres. UN BESAZO!!!

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